La semana que viene se cumplirán exactamente seis meses y medio de la lesión que de ligamentos cruzados de Emanuel Molina. La misma que lo obligó a no tocar una pelota por casi la misma cantidad de tiempo hasta que hace algunos días, se metió, casi como un polizón en un barco, en algunos de los trabajos que hacían sus compañeros.
“Me sentí bien. Aparecen algunos dolores que después se van pero es normal”, le reconoció a LG Deportiva el “Mago”. “Son tiempos largos los que hay que cumplir”, agrega. Y vaya que los son.
Once días después del episodio fue intervenido quirúrgicamente por Juan Rodríguez Rey, el jefe del departamento médico de Atlético. Y pese a que los plazos entregados tras la operación eran de seis meses, Molina sabía que podía tardar más. “Los médicos habían sido muy claros conmigo. Era entre seis y ocho meses y eran muy difícil que yo llegue antes”, explicó.
Tanto Rodríguez Rey como Patricio Peralta, el kinesiólogo que lo acompañó durante toda la rehabilitación, coinciden en que la recuperación ligamentaria está en sus últimas etapas. Lo que falta es ponerlo a punto futbolísticamente. Es decir, que vuelva a incorporar el ritmo natural y de convivencia con la pelota de un jugador profesional.
“Hace varios días ya me estoy metiendo de apoco a hacer trabajos con mis compañeros”, cuenta pero a su vez admite: “me falta un montón para jugar”. ¿Un mes? Quizás octubre suene mucho más acorde a las posibilidades reales del volante aunque prefiere no apresurarse. “Quiero estar disponible lo más antes posible pero no es cuestión de volverse locos”. Mucho menos si los parates del torneo le dieron un mes de ventaja para que no se pierda tantos partidos en este comienzo.
Los que sí se vuelven locos son los hinchas y quizás el cuerpo técnico que en el debut ante Rafaela, al igual que en el resto de la pretemporada, volvieron a ratificar la falta de generación de juego que tranquilamente podría estar a cargo de Molina. “El técnico está buscando variantes para encontrar el mejor funcionamiento. Cuando me toque jugar seré uno más”, avisa. Mientras, Juan Manuel Azconzábal ya se hizo de los servicios de Favio Álvarez y David Barbona.
Por lo pronto, antes de su regreso, Molina resolvió un trámite secundario pero necesario. El volante ya no usará la camiseta número 20, esa que solo vistió en el fatídico partido ante Racing. “No soy de fijarme muchísimo en esas cosas pero no tuve una buena experiencia con el 20. Además nunca lo había usado”, explicó Molina que ahora llevará la 14 en la espalda. “Tampoco lo usé pero no quería la anterior y no quería ir pidiendo cambiar a los muchachos para usar números que ya usé”, agregó.